
Acabo de terminar de leerme esta novela gráfica sobre el holocausto nazi, que tiene la originalidad de ser protagonizada por animales antropomórficos. Me habían hablado muy bien de ella, y ya hacía tiempo que tenía ganas de leerla. El escrito, Art Spiegelman, relata la historia de su padre Vladek y su madre Anja, judíos polacos que sobrevivieron a Auschwitz.
Quizá por esa buena crítica con la que me he enfrentado al libro, la verdad es que me ha decepcionado. No pasa de ser una historia
normal del holocausto, como hay tantas ya, tanto en novelas convencionales como en películas. Ojo, no le quito mérito a la historia, sólo digo que la originalidad con la que yo contaba (basada en gran parte en la caracterización con animales) no la he encontrado.
Por otra parte, me queda ese regusto amargo que tengo siempre que leo historias de judíos en el Holocausto contadas por ellos mismos. Es una sensación de desprecio al resto de los muertos en el Holocausto, como si sólo fuera importante la parte de antisemitismo que se vivió en la época, y no todo lo demás. Leyendo, uno se da cuenta de que aparte de judíos, también murieron muchos eslavos, gitanos, homosexuales, opositores políticos, etc. Esa falta de representatividad que hay siempre en las historias del holocausto la noto también en
Maus.
Evidentemente, el sr. Spiegelman no trata de ser imparcial. Es la historia de su padre, y la historia de los judíos, pero la ambientación es lo que me falla. Además, el tratamiento sesgado que se le da a la caracterización en animales creo que cojea, de nuevo, de falta de coherencia: no hay un criterio homogéno en dicha clasificación. Por un lado están los judíos, caracterizados de ratones. Por otro lado están los demás, caracterizados en función de su nacionalidad: los alemanes son gatos, los polacos son cerdos (cosa que me llama poderosamente la atención, aunque quizá el cerdo no tenga para él connotaciones negativas), los franceses son ranas, los yanquis son perros, etc. Por tanto, se muestra una visión muy judía, pero que a mí no me convence, de la sociedad. Y a pesar de que de un sólo vistazo puedo saber con quién está hablando, me falta contar con esa información por parte de los judíos, incluso de los otros prisioneros. Es decir, este judío ¿es alemán? ¿es polaco? Y este prisionero francés, ¿por qué está en el campo? ¿es homosexual? ¿es prisionero político?
Recomendable de leer, pero sin más. Me ha decepcionado.