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10 agosto, 2008
El viaje del agua
Vídeo promocional del Canal de Isabel II, para la Expo de Zaragoza. No puedo dar fe de todos las tuberías que salen, pero sí de las que llegan a Plaza de Castilla: son los principales emisarios que entran en Madrid capital ;)
13 noviembre, 2006
El problema de los 60 litros
Se ha hablado mucho en los medios de comunicación estos días sobre el problema del agua y la propuesta de la ministra de Medio Ambiente de garantizar que cada ciudadano pueda acceder a, al menos, 60 litros de agua al día. Voces muy críticas se han oído en los periódicos, e imagino que muchos han pensado, ¿es tan poco 60 litros de agua al día? Visualmente es fácil imaginar 40 botellas de 1,5l de agua puestas todas juntas y pensar que es mucho.
Desde un punto de vista técnico, y puesto que me dedico en gran parte de mis horas de trabajo al dimensionamiento de redes de servicios, la primera pregunta que habría que hacerse sería ¿y esta cifra de dónde sale? ¿Es aleatoria? ¿Tiene algún fundamento empírico? La verdad sea dicha, no es aleatoria. O, si lo es, ha tenido una suerte estupenda y ha acertado de lleno: es la dotación mínima necesaria para ámbito doméstico en medio rural.
Y no lo digo yo, lo dice el libro Abastecimiento y distribución de agua, escrito por Aurelio Hernández, catedrático de Ingeniería Sanitaria y Ambiental de la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid; él se basa en los estudios del MOPU, aplicando un aumento del 2% a lo largo de los años.
Por otra parte, muchas voces han recurrido al Instituto Nacional de Estadística para afirmar que según las últimas encuestas de consumo de agua en España (que yo no he conseguido encontrar), el consumo por habitante y día asciende a 167 litros, 171 o, incluso, a 278. Lamentablemente, esto es rotundamente falso, y es el problema principal de los datos estadísticos: hay que cogerlos con alfileres y analizarlos en profundidad. Definamos un par de cosas, así, para empezar:
Por ejemplo, un ciudad como Ciudad Real con unos 70.000 habitantes, y teniendo en cuenta los diferentes escalones en función del tamaño de la localidad, tendrá una dotación de 300l/hab.día y, por tanto, los depósitos tendrán que disponer de 21 millones de litros de agua, 21.000 m3. ¡¡300 litros!! ¡¡5 veces más que lo que propone la Ministra!! Estaría incluso en consonancia con los datos más alarmantes que da el INE.
Hay que diferenciar: la dotación de agua es un valor estadístico que sirve para calcular el tamaño de los depósitos. No es que un habitante en Ciudad Real consuma 300 litros de agua, sino que el consumo entre industria, servicios, riego y humanidad suma esa cantidad, que le corresponde a cada ciudadano cada día. Evidentemente aumenta conforme aumenta el tamaño de la localidad, ya que las ciudades grandes tienen, por definición, más industria, más hospitales, más bares, etc.
Por tanto, ciñámonos a los datos de consumo doméstico. Según el libro antes citado, el consumo doméstico va desde los 60l/hab.día de los pueblos de menos de 1.000 habitantes, a los 165 que presentan las ciudades de más de 250.000. La razón: los habitantes de grandes ciudades somos despilfarradores. Dos imágenes: la del anciano de pueblo afeitándose con el lavabo medio de agua donde aclara cada poco la cuchilla, frente al atlético joven de anuncio afeitándose con el grifo abierto donde, cada poco, él también aclara la cuchilla. La diferencia en gasto puede ir del litro de agua en el primer caso a los 10 litros del segundo.
Creo que es obvio que la clave está en concienciar a la población de la necesidad actual de ahorrar agua. En el ámbito doméstico, por supuesto: poner lavadoras llenas, apagar el agua mientras nos enjabonamos en la ducha, utilizar inodoros con cisternas de control de vaciado, etc. Hay un sinfín de medidas que se pueden tomar para ahorrar agua. Probablemente, llegaríamos a menos de 60 litros por persona y por día.
Pero no hay que olvidar que los grandes consumidores de agua en este país siguen siendo la industria y la agricultura. Se puede pedir que una fábrica gaste menos, medida que con toda seguridad pasaría por una modernización de los sistemas de producción. Pero asumo que esto es caro, y que muchas no se lo puede permitir. Sin embargo, sí se puede abogar por un consumo racional del agua. Un ejemplo: actualmente, una de las fábricas con mayor consumo de agua es una papelera que fabrica papel reciclado para imprentas de prensa, situada en Fuenlabrada, Madrid. Tiene un consumo de, aproximadamente, unos 333 litros/segundo, lo que significa 28.771.200 litros al día. La mayor parte de esta cantidad de agua, una vez lavado el papel y teniendo en cuenta una importante evaporación, va al sistema de saneamiento, y de ahí, una vez pasada por la depuradora, al río. Es una fábrica puntera, inaugurada este pasado mes de mayo, con todos los adelantos de producción imaginables; por tanto, el ahorro no pasaría por la modernización de sus procedimientos, sino por el uso racional: en vez de verter el agua, debería ser reaprovechada por la misma fábrica.
Por descontado, se puede hablar también de los grandes gastos en agricultura, generados, normalmente, por unos sistemas de riego que tiran el agua a la atmósfera; yo sigo viendo por La Mancha a mucha gente regar con aspersores.
Como conclusión, y puesto que esto ya es demasiado largo, sólo señalar una cosa: el comunicado de prensa de la Ministra de Medio Ambiente habla de garantizar 60 litros de agua a un precio asequible. Lo cual no implica que el primer escalón tarifario tenga que estar en esos 60 litros, sino que puede estar fácilmente en el doble. Aún así, es importante concienciarse en el ahorro del agua y hacer un uso racional de la misma en el ámbito doméstico, sin olvidar que habría que exigir a nuestros queridos políticos un compromiso para que obliguen a la industria y a la agricultura a moderar el consumo de agua, con grandes multas si es necesario.
Como lectura recomendada: La semana que vivimos con 10 litros.
Desde un punto de vista técnico, y puesto que me dedico en gran parte de mis horas de trabajo al dimensionamiento de redes de servicios, la primera pregunta que habría que hacerse sería ¿y esta cifra de dónde sale? ¿Es aleatoria? ¿Tiene algún fundamento empírico? La verdad sea dicha, no es aleatoria. O, si lo es, ha tenido una suerte estupenda y ha acertado de lleno: es la dotación mínima necesaria para ámbito doméstico en medio rural.
Y no lo digo yo, lo dice el libro Abastecimiento y distribución de agua, escrito por Aurelio Hernández, catedrático de Ingeniería Sanitaria y Ambiental de la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid; él se basa en los estudios del MOPU, aplicando un aumento del 2% a lo largo de los años.
Por otra parte, muchas voces han recurrido al Instituto Nacional de Estadística para afirmar que según las últimas encuestas de consumo de agua en España (que yo no he conseguido encontrar), el consumo por habitante y día asciende a 167 litros, 171 o, incluso, a 278. Lamentablemente, esto es rotundamente falso, y es el problema principal de los datos estadísticos: hay que cogerlos con alfileres y analizarlos en profundidad. Definamos un par de cosas, así, para empezar:
- Dotación de agua: se llama dotación de agua al consumo medio por habitante y día correspondiente a una localidad. Se expresa como litros/habitante.día.
- Garantía de suministro: es la dotación de agua multiplicada por el número de habitantes de esa ciudad en la peor temporada, cantidad expresada en m3 y que debe ser la mínima disponible cada día en los depósitos de la localidad.
Por ejemplo, un ciudad como Ciudad Real con unos 70.000 habitantes, y teniendo en cuenta los diferentes escalones en función del tamaño de la localidad, tendrá una dotación de 300l/hab.día y, por tanto, los depósitos tendrán que disponer de 21 millones de litros de agua, 21.000 m3. ¡¡300 litros!! ¡¡5 veces más que lo que propone la Ministra!! Estaría incluso en consonancia con los datos más alarmantes que da el INE.
Hay que diferenciar: la dotación de agua es un valor estadístico que sirve para calcular el tamaño de los depósitos. No es que un habitante en Ciudad Real consuma 300 litros de agua, sino que el consumo entre industria, servicios, riego y humanidad suma esa cantidad, que le corresponde a cada ciudadano cada día. Evidentemente aumenta conforme aumenta el tamaño de la localidad, ya que las ciudades grandes tienen, por definición, más industria, más hospitales, más bares, etc.
Por tanto, ciñámonos a los datos de consumo doméstico. Según el libro antes citado, el consumo doméstico va desde los 60l/hab.día de los pueblos de menos de 1.000 habitantes, a los 165 que presentan las ciudades de más de 250.000. La razón: los habitantes de grandes ciudades somos despilfarradores. Dos imágenes: la del anciano de pueblo afeitándose con el lavabo medio de agua donde aclara cada poco la cuchilla, frente al atlético joven de anuncio afeitándose con el grifo abierto donde, cada poco, él también aclara la cuchilla. La diferencia en gasto puede ir del litro de agua en el primer caso a los 10 litros del segundo.
Creo que es obvio que la clave está en concienciar a la población de la necesidad actual de ahorrar agua. En el ámbito doméstico, por supuesto: poner lavadoras llenas, apagar el agua mientras nos enjabonamos en la ducha, utilizar inodoros con cisternas de control de vaciado, etc. Hay un sinfín de medidas que se pueden tomar para ahorrar agua. Probablemente, llegaríamos a menos de 60 litros por persona y por día.
Pero no hay que olvidar que los grandes consumidores de agua en este país siguen siendo la industria y la agricultura. Se puede pedir que una fábrica gaste menos, medida que con toda seguridad pasaría por una modernización de los sistemas de producción. Pero asumo que esto es caro, y que muchas no se lo puede permitir. Sin embargo, sí se puede abogar por un consumo racional del agua. Un ejemplo: actualmente, una de las fábricas con mayor consumo de agua es una papelera que fabrica papel reciclado para imprentas de prensa, situada en Fuenlabrada, Madrid. Tiene un consumo de, aproximadamente, unos 333 litros/segundo, lo que significa 28.771.200 litros al día. La mayor parte de esta cantidad de agua, una vez lavado el papel y teniendo en cuenta una importante evaporación, va al sistema de saneamiento, y de ahí, una vez pasada por la depuradora, al río. Es una fábrica puntera, inaugurada este pasado mes de mayo, con todos los adelantos de producción imaginables; por tanto, el ahorro no pasaría por la modernización de sus procedimientos, sino por el uso racional: en vez de verter el agua, debería ser reaprovechada por la misma fábrica.
Por descontado, se puede hablar también de los grandes gastos en agricultura, generados, normalmente, por unos sistemas de riego que tiran el agua a la atmósfera; yo sigo viendo por La Mancha a mucha gente regar con aspersores.
Como conclusión, y puesto que esto ya es demasiado largo, sólo señalar una cosa: el comunicado de prensa de la Ministra de Medio Ambiente habla de garantizar 60 litros de agua a un precio asequible. Lo cual no implica que el primer escalón tarifario tenga que estar en esos 60 litros, sino que puede estar fácilmente en el doble. Aún así, es importante concienciarse en el ahorro del agua y hacer un uso racional de la misma en el ámbito doméstico, sin olvidar que habría que exigir a nuestros queridos políticos un compromiso para que obliguen a la industria y a la agricultura a moderar el consumo de agua, con grandes multas si es necesario.
Como lectura recomendada: La semana que vivimos con 10 litros.
20 febrero, 2006
Este pozo es mío...
...o la inexistencia de cultura sobre lo que es realmente el Dominio Público Hidráulico.
La Ley de Aguas, cuya redacción definitiva fue aprobada por el Real Decreto Legislativo 1/2001, de 2 de agosto, especifica claramente en su Artículo 2 qué se entiendo por Dominio Público Hidráulico:
Queda muy claro que los acuíferos subterráneos forman parte también del Dominio Público. Es decir, para su explotación se debe contar con una autorización de la Administración competente, encabezada por la Consejería de Medio Ambiente, y secundada por la Confederación Hidrográfica de la cuenca a la que pertenezca dicho acuífero.
Los pozos han sido tradicionalmente una manera de autoabastecimiento desde mucho antes de que se extendieran (puesto que están inventadas desde hace ya más de veinte siglos) las redes de abastecimiento. Lo que era una opción muy buena de garantizar que estaba cubierta una de las necesidades básicas de la población, se ha convertido con el paso de los años en una manera de eludir el pago por la utilización de este agua de Dominio Público.
Muchas veces he oído la expresión: "¿Porqué voy a tener que pagar por mis pozos si están en mis terrenos?". Muy fácil: por la misma razón por la que se tendría que pagar si el terreno pasara junto a un río y se quisiera poner una bomba de extracción. Porque los pozos no tienen agua por ciencia infusa, sino porque perforan un acuífero.
La noticia que me ha llevado a hacer esta reflexión ha sido la siguiente: La sequía y los pozos ilegales agostan las Tablas de Daimiel. Según el artículo, actualmente existen unos 70.000 pozos que perforan el acuífero 23, que es el que abastece de agua a Las Tablas.
La cuestión de los pozos es compleja y de difícil solución, pero debería empezarse por concienciar a los agricultores de que, por una parte, esa construcción de pozos es ilegal sin tener el permiso correspondiente; y por otra, de que La Mancha, tierra seca por antonomasia, no es lugar donde cultivar cereales o maiz, que deben ser regados; a esto se le añade la poca eficacia del riego en zonas como La Mancha, con un porcentaje muy alto de evapotranspiración debida a las altas temperaturas.
Lo que no dice la noticia que recoge El País, y que yo no tengo manera de demostrar, es que el Acuífero 23, además de estar sobreexplotado (declarado así por la Confederación Hidrográfica del Guadiana en el año 1994) está roto.
Una somera explicación de cómo funciona un acuífero (para los que no lo sepan, vaya): se puede visualizar el acuífero tipo como un sandwich donde las rebanadas de pan de molde harían el papel de roca impermeable y donde el jamón de york (o lo que queráis poner) sería una roca permeable y que puede acumular agua (el ejemplo claro es la piedra caliza). Esta roca permeable recibe agua por medio de corrientes subterráneas, que funcionan de manera similar a los ríos, pero circulando por el subsuelo. [También en estas corrientes está el origen de las cuevas de estalactitas y estalagmitas que tanto asombro producen al ser humano.] Este acuífero básico puede transformarse de varias maneras, y una de ellas es cómo funciona las tablas de Daimiel: el acuífero está ondulado y hay zonas, las superiores, donde debido a la erosión ya no existe trozo de pan y en la superficie está ya el agua. Esto implica que un acuífero puede funcionar perfectamente sin la capa impermeable superior, pero resulta obvio que en ningún caso puedo hacerlo sin la inferior, puesto que el agua o se filtraría hacia el subsuelo alcanzando profundidades que serían inalcanzables con los medios actuales o discurriría hasta otro acuífero uniéndose a otra corriente subterránea.
La presunta rotura del Acuífero 23 (que es muy difícil de comprobar) se produce por la perforación incontrolada de pozos hasta distancias superiores de la última capa de piedra permeable, por lo que la perforación llega hasta la capa impermeable inferior, produciendo una rotura irreparable. Y, por descontado, esta perforación, lejos de obtener más agua, lo único que consigue es su pérdida más rápida.
Realmente es una pena lo que está ocurriendo en Las Tablas de Daimiel. Realmente es una pena que no se trasvase el agua necesaria desde el Tajo, como ha solicitado la Confederación, y ese agua esté yendo, poco a poco, a regar campos de golf en Alicante y Murcia. Lamentablemente, parece ser que la sociedad no se da cuenta de que la desecación de Las Tablas es un proceso irreversible como no se actúe en un periodo corto de tiempo, y cuya pérdida será comparable a la destrucción de cualquier gran monumento erigido por el hombre.
La Ley de Aguas, cuya redacción definitiva fue aprobada por el Real Decreto Legislativo 1/2001, de 2 de agosto, especifica claramente en su Artículo 2 qué se entiendo por Dominio Público Hidráulico:
Constituyen el dominio público hidráulico del Estado, con las salvedades expresamente establecidas en esta Ley:
a) Las aguas continentales, tanto las superficiales como las subterráneas renovables con independencia del tiempo de renovación.
b) Los cauces de corrientes naturales, continuas o discontinuas.
c) Los lechos de los lagos y lagunas y los de los embalses superficiales en cauces públicos.
d) Los acuíferos subterráneos, a los efectos de los actos de disposición o de afección de los recursos hidráulicos.
e) Las aguas procedentes de la desalación de agua de mar una vez que, fuera de la planta de producción, se incorporen a cualquiera de los elementos señalados en los apartados anteriores.
Queda muy claro que los acuíferos subterráneos forman parte también del Dominio Público. Es decir, para su explotación se debe contar con una autorización de la Administración competente, encabezada por la Consejería de Medio Ambiente, y secundada por la Confederación Hidrográfica de la cuenca a la que pertenezca dicho acuífero.
Los pozos han sido tradicionalmente una manera de autoabastecimiento desde mucho antes de que se extendieran (puesto que están inventadas desde hace ya más de veinte siglos) las redes de abastecimiento. Lo que era una opción muy buena de garantizar que estaba cubierta una de las necesidades básicas de la población, se ha convertido con el paso de los años en una manera de eludir el pago por la utilización de este agua de Dominio Público.
Muchas veces he oído la expresión: "¿Porqué voy a tener que pagar por mis pozos si están en mis terrenos?". Muy fácil: por la misma razón por la que se tendría que pagar si el terreno pasara junto a un río y se quisiera poner una bomba de extracción. Porque los pozos no tienen agua por ciencia infusa, sino porque perforan un acuífero.
La noticia que me ha llevado a hacer esta reflexión ha sido la siguiente: La sequía y los pozos ilegales agostan las Tablas de Daimiel. Según el artículo, actualmente existen unos 70.000 pozos que perforan el acuífero 23, que es el que abastece de agua a Las Tablas.
La cuestión de los pozos es compleja y de difícil solución, pero debería empezarse por concienciar a los agricultores de que, por una parte, esa construcción de pozos es ilegal sin tener el permiso correspondiente; y por otra, de que La Mancha, tierra seca por antonomasia, no es lugar donde cultivar cereales o maiz, que deben ser regados; a esto se le añade la poca eficacia del riego en zonas como La Mancha, con un porcentaje muy alto de evapotranspiración debida a las altas temperaturas.
Lo que no dice la noticia que recoge El País, y que yo no tengo manera de demostrar, es que el Acuífero 23, además de estar sobreexplotado (declarado así por la Confederación Hidrográfica del Guadiana en el año 1994) está roto.
Una somera explicación de cómo funciona un acuífero (para los que no lo sepan, vaya): se puede visualizar el acuífero tipo como un sandwich donde las rebanadas de pan de molde harían el papel de roca impermeable y donde el jamón de york (o lo que queráis poner) sería una roca permeable y que puede acumular agua (el ejemplo claro es la piedra caliza). Esta roca permeable recibe agua por medio de corrientes subterráneas, que funcionan de manera similar a los ríos, pero circulando por el subsuelo. [También en estas corrientes está el origen de las cuevas de estalactitas y estalagmitas que tanto asombro producen al ser humano.] Este acuífero básico puede transformarse de varias maneras, y una de ellas es cómo funciona las tablas de Daimiel: el acuífero está ondulado y hay zonas, las superiores, donde debido a la erosión ya no existe trozo de pan y en la superficie está ya el agua. Esto implica que un acuífero puede funcionar perfectamente sin la capa impermeable superior, pero resulta obvio que en ningún caso puedo hacerlo sin la inferior, puesto que el agua o se filtraría hacia el subsuelo alcanzando profundidades que serían inalcanzables con los medios actuales o discurriría hasta otro acuífero uniéndose a otra corriente subterránea.
La presunta rotura del Acuífero 23 (que es muy difícil de comprobar) se produce por la perforación incontrolada de pozos hasta distancias superiores de la última capa de piedra permeable, por lo que la perforación llega hasta la capa impermeable inferior, produciendo una rotura irreparable. Y, por descontado, esta perforación, lejos de obtener más agua, lo único que consigue es su pérdida más rápida.
Realmente es una pena lo que está ocurriendo en Las Tablas de Daimiel. Realmente es una pena que no se trasvase el agua necesaria desde el Tajo, como ha solicitado la Confederación, y ese agua esté yendo, poco a poco, a regar campos de golf en Alicante y Murcia. Lamentablemente, parece ser que la sociedad no se da cuenta de que la desecación de Las Tablas es un proceso irreversible como no se actúe en un periodo corto de tiempo, y cuya pérdida será comparable a la destrucción de cualquier gran monumento erigido por el hombre.
22 junio, 2005
Trasvases y pérdidas
Leo en El País la siguiente noticia Un nuevo trasvase del Tajo al Segura sitúa al Gobierno ante una guerra del agua. El gobierno de las regiones de Alicante y Murcia pide que se trasvasen 120 hectómetros cúbicos con urgencia para salvar los frutales. La Junta de Castilla-La Mancha exige que no se envíen más que los 30 hectómetros necesarios para abastecimiento de la población.
Haciendo un número gordo y considerando el estándar de dotaciones para abastecimiento que se utiliza ahora mismo en planeamiento urbano, es decir, unos 250l/hab.día y teniendo en cuenta los habitantes que tiene Castilla-La Mancha (un millón setecientos mil, aproximadamente), esos 90 hectómetros cúbicos para riego servirían para abastecer a la región durante unos 7 meses... aunque no toda Castilla-La Mancha se abastece del Tajo, claro. A esto se le suma que la Junta ha puesto un helicóptero para espiar las reservas de agua de la región costera y han llegado a la conclusión de que tienen almacenados 150hm3 en balsas, es decir, un 60% más que el agua que están pidiendo. Además, en ese mismo informe se habla de que ha aumentado la superficie de riego de 91.563 hectáreas regadas en 1984 a 225.356 en 2003, un aumento prohibido por ley.
Me tacharéis de insolidaria, pero empezamos a tener retenciones por el sur. Es la peor sequía en 60 años, según claman las portadas de los periódicos, y ya en el 95 pueblos de los alrededores de Ciudad Real tenían cortes de agua de 22 horas diarias... la daban de 18.00 a 20.00; en Ciudad Real capital la cortaban de 12 de la noche a 8 de la mañana, y porque el hospital y demás organismos la necesitaban. A eso hay que sumarle los métodos de riego que se siguen utilizando en la costa, muy deficitarios en cuanto a aprovechamientos hidráulicos.
No voy a negar que en Castilla-La Mancha tampoco somos los ahorradores del milenio: por alguna razón, a mi modo de ver incomprensible, se siguen proyectando campos de golf, con el consiguiente gasto de agua que suponen. Pero esto, dentro de ser malo, es similar en cualquier región española (y la costa alicantina y murciana no se salva), por lo que estaríamos en igualdad de condiciones.
Esta noticia, por cierto, me trae a la memoria la aparecida hace relativamente poco en los medios de comunicación: El 19,4% del agua se pierde en fugas de la red de distribución. Aunque le periódico lo achaque básicamente a agua perdida por roturas y fugas, lo cierto es que cuando las empresas de abastecimiento hablan de porcentajes de pérdidas, se refieren a agua no facturada. Es decir, la que se pierde por roturas y fugas, pero también la que es utilizada para riego de parques y jardines (los Ayuntamientos muchas veces obtienen ese agua sin pagar, puesto que la red de abastecimiento es de propiedad municipal y las empresas trabajan en régimen de concesión), o la que es utilizada por los bomberos, por ejemplo.
El problema de subsanar las pérdidas en las redes de abastecimiento es complejo y en absoluto barato. No justifica su precio la renuncia a la reparación del sistema, pero sí justifica la reparación gradual del mismo. Además, existen complicaciones técnicas muy importantes que complican sobremanera estas reparaciones: cimentaciones cercanas a tuberías, por ejemplo, o sistemas en espina de pez (si se corta en un punto se deja sin suministro a una zona entera). Lo ideal sería sustituir gran parte de la red existente, obsoleta ya y que es la que más problemas supone en cuanto a pérdidas, pero es materialmente imposible.
El Canal de Isabel II, que abastece Madrid, es el que menos pérdidas tiene en España. Está modernizando sus sistemas, informatizándolos, controlándo embalses, canales y puntos críticos mediante SIG, y aún así, ve imposible bajar del 10% de pérdidas... y es que el agua no es tan fácil de controlar y menos cuando va a presión..
En fin, blogs e ingeniería en sus pantallas, señores ;)
Haciendo un número gordo y considerando el estándar de dotaciones para abastecimiento que se utiliza ahora mismo en planeamiento urbano, es decir, unos 250l/hab.día y teniendo en cuenta los habitantes que tiene Castilla-La Mancha (un millón setecientos mil, aproximadamente), esos 90 hectómetros cúbicos para riego servirían para abastecer a la región durante unos 7 meses... aunque no toda Castilla-La Mancha se abastece del Tajo, claro. A esto se le suma que la Junta ha puesto un helicóptero para espiar las reservas de agua de la región costera y han llegado a la conclusión de que tienen almacenados 150hm3 en balsas, es decir, un 60% más que el agua que están pidiendo. Además, en ese mismo informe se habla de que ha aumentado la superficie de riego de 91.563 hectáreas regadas en 1984 a 225.356 en 2003, un aumento prohibido por ley.
Me tacharéis de insolidaria, pero empezamos a tener retenciones por el sur. Es la peor sequía en 60 años, según claman las portadas de los periódicos, y ya en el 95 pueblos de los alrededores de Ciudad Real tenían cortes de agua de 22 horas diarias... la daban de 18.00 a 20.00; en Ciudad Real capital la cortaban de 12 de la noche a 8 de la mañana, y porque el hospital y demás organismos la necesitaban. A eso hay que sumarle los métodos de riego que se siguen utilizando en la costa, muy deficitarios en cuanto a aprovechamientos hidráulicos.
No voy a negar que en Castilla-La Mancha tampoco somos los ahorradores del milenio: por alguna razón, a mi modo de ver incomprensible, se siguen proyectando campos de golf, con el consiguiente gasto de agua que suponen. Pero esto, dentro de ser malo, es similar en cualquier región española (y la costa alicantina y murciana no se salva), por lo que estaríamos en igualdad de condiciones.
Esta noticia, por cierto, me trae a la memoria la aparecida hace relativamente poco en los medios de comunicación: El 19,4% del agua se pierde en fugas de la red de distribución. Aunque le periódico lo achaque básicamente a agua perdida por roturas y fugas, lo cierto es que cuando las empresas de abastecimiento hablan de porcentajes de pérdidas, se refieren a agua no facturada. Es decir, la que se pierde por roturas y fugas, pero también la que es utilizada para riego de parques y jardines (los Ayuntamientos muchas veces obtienen ese agua sin pagar, puesto que la red de abastecimiento es de propiedad municipal y las empresas trabajan en régimen de concesión), o la que es utilizada por los bomberos, por ejemplo.
El problema de subsanar las pérdidas en las redes de abastecimiento es complejo y en absoluto barato. No justifica su precio la renuncia a la reparación del sistema, pero sí justifica la reparación gradual del mismo. Además, existen complicaciones técnicas muy importantes que complican sobremanera estas reparaciones: cimentaciones cercanas a tuberías, por ejemplo, o sistemas en espina de pez (si se corta en un punto se deja sin suministro a una zona entera). Lo ideal sería sustituir gran parte de la red existente, obsoleta ya y que es la que más problemas supone en cuanto a pérdidas, pero es materialmente imposible.
El Canal de Isabel II, que abastece Madrid, es el que menos pérdidas tiene en España. Está modernizando sus sistemas, informatizándolos, controlándo embalses, canales y puntos críticos mediante SIG, y aún así, ve imposible bajar del 10% de pérdidas... y es que el agua no es tan fácil de controlar y menos cuando va a presión..
En fin, blogs e ingeniería en sus pantallas, señores ;)
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