Ante la pregunta
¿estaría usted dispuesto a incumplir por palabra o por obra alguno de los derechos reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos?, pondría la mano en el fuego a que la respuesta iba a ser
NO de manera generalizada.
Ahondando más en el tema, volvería a preguntar si creen que el artículo 18, ese que reza
Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
se incumple de manera sistemática en alguna parte del mundo. Quizá no de manera tan generalizada, pero la mayoría de las respuestas sería
sí, en los países árabes, sobre todo si están gobernados por una dictadura.
Cambiando de tercio, y ante la pregunta
¿bautizaría usted a su hijo?, ¿cuál sería la respuesta de los anteriormente supuestos defensores de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos? En una gran mayoría, y en un país falsamente
aconfesional como España, la respuesta sería
sí, por supuesto.
Si ya intentamos ir más allá y preguntamos que cómo casa eso con la presunta defensa de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, nos tacharían de exagerados, y alegarían que la
tradición y la
educación justifican en este caso (aunque no en otros) la obligación a la que se somete a los niños de profesar una religión, sin darles alguna otra opción alternativa, o sin esperar a que tengan edad suficiente como para que puedan elegir
libremente si quieren pertenecer a una religión, a otra, o no pertenecer a ninguna.
Ciertamente es triste ver cómo en una sociedad supuestamente moderna, se considera parte de lo
normal el inducir un tipo de creencias determinadas desde una muy temprana edad, de modo que se pueda lavar bien el cerebro del chiquillo. Y más triste es ver cómo se ve
raro el negarse a cumplir con esas tradiciones arcaicas, llegando incluso a ofender si no se participa en el rito inciático.
Por lo demás, obviaré los enfados y las caras raras, y haré
objeción de conciencia basándome, en primer lugar, en mi ética, y, en segundo, en la ya tan manida
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por el momento, los niños de meses no me han hecho nada que requiera de esa especie de
vendetta espiritual que algunos dan en llamar bautismo y que, si la
secta fuera menos multitudinaria, sería tildado de ritual, con claras connotaciones negativas.
Actualización: A raíz del comentario de
Scout Finch a este post, y dada mi respuesta basada en
la experiencia, esa cosa tan intangible y muchas veces tan irreal, me he dicho a mí misma que lo que hay que hacer es buscar la estadística... ¿cuántos matrimonios se dan por la iglesia y cuántos por lo civil? Como de costumbre, el
INE tiene toda la información, aunque sólo desde el año 1996. Además, los datos del año 2006 son todavía provisionales, pero están publicados e imagino que la estimación no variará mucho...
Año | Total | Según religión católica | Según otra religión | Exclusivamente civil |
Número | % total | Número | % total | Número | % total |
2006 | 207.244 | 117.581 | 56,74% | 641 | 0,31% | 89.019 | 42,95% |
2005 | 208.146 | 126.291 | 61,05% | 649 | 0,31% | 81.206 | 39,25% |
2004 | 216.149 | 135.412 | 62,65% | 690 | 0,32% | 80.047 | 37,03% |
2003 | 212.300 | 141.409 | 66,61% | 704 | 0,33% | 70.187 | 33,06% |
2002 | 211.522 | 149.685 | 70,77% | 693 | 0,33% | 61.144 | 28,91% |
2001 | 208.057 | 152.067 | 73,09% | 565 | 0,27% | 55.425 | 26,64% |
2000 | 216.451 | 163.636 | 75,60% | 560 | 0,26% | 52.255 | 24,14% |
1999 | 208.129 | 157.236 | 75,55% | 565 | 0,27% | 50.328 | 24,18% |
1998 | 207.041 | 156.790 | 75,73% | 425 | 0,21% | 49.826 | 24,07% |
1997 | 196.499 | 150.169 | 76,42% | 377 | 0,19% | 45.953 | 23,39% |
1996 | 194.084 | 148.947 | 76,74% | 358 | 0,18% | 44.779 | 23,07% |

Así que sí, efectivamente, el porcentaje de matrimonios civiles frente a matrimonios religiosos está creciendo significativamente, al menos en los últimos 10 años. Para la comparativa, tanto en el total de matrimonios como en el número de matrimonios civiles de los años 2005 y 2006 he restado el número de matrimonios homosexuales, que si no, me daba la impresión de que la comparativa estaría trucada, dada la imposibilidad de los homosexuales de casarse por la iglesia.
Como conclusión, más un deseo que otra cosa: que realmente este descenso del matrimonio religioso conlleve, por una parte, un descenso de las
vendettas espirituales, y, por otro, una paulatina desapareción de la religión en las escuelas.