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08 septiembre, 2014

Camino de Santiago, días 9 y 10

Ayer amaneció lloviendo. Al principio parecía que iba a ser poca cosa pero cuando estábamos en el puerto de Cangas esperando el barco, el cielo cayó sobre nuestras cabezas. Como estábamos a cubierto no fue un drama pero AY. Las Islas Cíes. Diluviando.

Al ir a embarcar, la cosa no pintaba nada bien.
Teníamos 3h en las islas y 2 opciones:
  1. Quedarnos en la cafetería esperando que dejara de llover, aunque las previsiones eran de "ni de coña en todo el día".
  2. Irnos a dar un paseo bajo el lema "es agua, no ácido sulfúrico".
Obviamente, elegimos la 2. No íbamos bien preparados para la lluvia, llevábamos el chubasquero de la bici pero sin el pantalón de agua, que estaba de camino a Madrid

De hecho, tampoco llevábamos paraguas ni gorro. Pero es agua, no ácido sulfúrico.

Yo, haciendo de pollito mojado mientras me tomo un Cola Cao.
Muy bonitas las islas, sí, pero a la hora estábamos calados y con unas ganas locas de ducharnos y secarnos, así que nos dimos la vuelta y cogimos el barco anterior. Justo cuando, contra todo pronóstico, empezaba a aclarar el cielo pero también cuando empezaban a llegar hordas de gente con NEVERAS AZULES. Yo agradecí huir.

Al final, al coche y al hotel y a echarnos la siesta. Entre lo que llevábamos encima y el madrugón, nos vino genial. Al final salimos del hotel a más de las 6 de la tarde con la intención de ver nuestra ría: Combarro, Poio (otro distinto, claro) y cenar en Pontevedra.

Todo conseguido, a pesar de que Combarro es un parque temático donde la gente se pone muy nerviosa conduciendo; y que Adri decidió que yo necesitaba aprender a conducir en circunstancias extremas y me puso a subir cuestas infernales para llegar a ninguna parte. Salir del monte de nuevo y, ya sí, subir al monte correcto, donde está el Monasterio de Poio. Yo lo recordaba de haber estado hace años con mis padres pero sin la lluvia torrencial que nos acompañó entonces (¡todos los días!) era difícil reconocerlo.

Fuimos a cenar a Pontevedra que es una ciudad muy bonita donde apenas nos perdimos un par de veces para acabar en el parking del ayuntamiento y en una "feria franca" que, según nuestro punto de vista, debe ser muy similar a una feria romana/medieval.
Esto es todo lo que pisamos la playa

Pero cenamos en una pulpería para seguir con nuestra estricta dieta de pulpo con cosas. Esta vez, nos pasamos con las cosas... Una parrillada no-templaria después del pulpo y una ensalada que quizá fue un poco demasiado. Vamos, que no nos lo terminamos. Ni nos tomamos el tradicional helado de después, ojo ahí.

Hoy ha amanecido un día radiante. En serio, no ha bajado de 24º y ni una nube. Como si Galicia se estuviera riéndonos de nosotros. Hemos decidido bajar a la playa, por eso de pisarla antes de volver a Madrid, aunque el agua la hemos mirado desde un distancia prudencial. Y hemos aprovechado parte visitar otro castro que había al lado, pero como no debían ser los mismos tíos que en A Guardia hemos sido incapaces de ver algo más que piedras :(

Ya al coche y a ver O Grove y la isla de La Toja, que es como Benidorm pero cambiando el mar. Nos hemos bajado del coche por pisar tierra, pero vamos... A comer a Cambados, donde hemos pasado un rato muy desconcertados por la alternancia de centro histórico-casas modernas-centro histórico... Hasta que hemos leído que realmente son 3 pueblos unidos en uno (Hola, conurbación Alcobendas - S.S. de los Reyes). Hemos cambiado de bicho marino a los mejillones y las vieiras y hemos ajustado mejor que anoche.

La vuelta, por la costa, camino a Santiago ya... Ha incluido salirnos de la carretera después de ir a la isla de Arosa para echarnos un sueño en el coche a la sombra de un bosque que ha despertado la curiosidad de todos los lugareños. Estamos convencidos de que en las cercanías de Padrón ya se habla de un coche negro parado en un camino donde dormitan dos extranjeros.

En Padrón no nos han dicho nada, eso es verdad, pero hemos visto una estatua dedicada a Cela y sus cojones. Muy espectacular lo bien que habían captado su espíritu.
Arriba, Cela; abajo, los cojones de Cela.

Ahora estamos en el aeropuerto de Santiago, esperando que salga nuestro vuelo y con ganas de llegar a Madrid. Cansados ya pero contentos con las vacaciones. Próximo destino: Mallorca ^___^

* Parece que el vuelo de RyanAir va en hora. ¡Eso sí que es digno de contarse!