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10 marzo, 2008

Injusticia aritmética

Después de la elecciones de ayer, cuyo resultado hace que me sienta contenta pero molesta, no pude menos que hacerme una pregunta que a muchos les sonará un poco tonta: ¿qué pasaría si todos los escaños valieran lo mismo? Sí, porque no nos engañemos, no todos los escaños valen los mismos votos. Viendo los votos totales (no olvidemos que esto han sido elecciones generales) de cada uno de los partidos, veo que a CiU le sale muy rentables sus votos: cada diputado le ha costado sólo unos 70400 votos; y a NaBai su único diputado le ha costado aún menos: sólo 62073 votos. Podemos seguir: al PSOE le ha costado 65470 votos, al PP 66470. En el extremo opuesto están los diputados más caros: los de IU, que han costado cada uno la friolera de 481520 votos, más de 7 veces lo que le ha costado al PSOE.

Ni corta ni perezosa me he ido a buscar un simulador de la ley d'Hont para ver qué hubiera pasado si los votos se hubieran computado de manera global y no por circunscripciones:
elecciones2008
PSOE (44.9%): 161
PP (41.2%): 147
IU (3.9%): 14
CiU (3.1%): 11
UPyD (1.2%): 4
PNV (1.2%): 4
ERC (1.2%): 4
BNG (0.8%): 3
CC (0.7%): 2
CA (0.3%): Ninguno
NaBai (0.3%):Ninguno


Porque, desengañémonos, los diputados provinciales no defienden luego los supuestos intereses de cada provincia. Se vota en bloque, independientemente de que la ley favorezca o no a la provincia en cuestión. Por tanto, un reparto equitativo de escaños (aunque sea con la ley d'Hont) nos daría un panorama en la cámara donde cada cual tendría un respaldo similar de votos, y donde no se daría esa injusticia aritmética de la que ayer hablaba Llamazares.

La representación territorial puramente dicha se tendría que quedar para el senado, esa cámara que nadie sabe muy bien para qué sirve, pero que, en teoría, representa a los distintos territorios.

Y, sobre todo, como decía Chema, que dejen de vendernos el bipartidismo, hasta en la web oficial de las elecciones. Que hay más posturas políticas en España, por suerte, y que a ver si en algún momento, racionalizamos el sistema electoral y cada cual tiene los diputados que realmente se merece.

21 julio, 2007

Censored?

el-jueves


Me entero ahora mismo que la fiscalía pide que se impida su difusión vía web. Y yo me pregunto, ¿la fiscalía en qué siglo vive? ¿Realmente cree que a estas alturas es posible evitar su difusión por internet? ¿Sabrá el juez Del Olmo el favor que le ha hecho a El Jueves?

Me entero por Chema de la más currada ilustración de una noticia que haya habido nunca: en Libertad Digital sacan la imagen de la portada de El Jueves ¡pixelada!

01 junio, 2007

Díganme cómo, de Juan José Millas

No se puede estar tres años echando leña al fuego del Apocalipsis para obtener estos resultados de mierda. Ni las manifestaciones masivas ni las banderas al viento ni los informativos de Telemadrid ni los himnos patrióticos ni el crujir y rechinar de dientes ni la Conferencia Episcopal ni las homilías radiofónicas ni el titadyn ni la mochila ni la furgoneta Kangoo ni los paseos de De Juana Chaos ni el tronante Acebes ni el diabólico Zaplana, ni el temible Aznar... He perdido un huevo de territorio, que es como perder masa muscular (la encefálica está secuestrada en FAES), a cambio de una calderilla de votos. A dónde vamos con ciento cincuenta mil votos que además he de agradecer a Gallardón, cuya factura tengo ya encima de la mesa. Si la gente no se ha creído un fin del mundo tan bien narrado, ¿cómo convencerla de que ese puñado de papeletas representa un hito mariano, un éxito histórico, una victoria sin precedentes? ¿Qué sacamos a la calle en el año escaso que nos queda? ¿Vendemos más catástrofe, más religión, más inseguridad, más terrorismo? No es cierto, maldita sea, que el pesimista siempre tenga razón. ¿Acaso no he derrochado pesimismo? Si hay en el partido alguien capaz de hacer pronósticos más negros que los míos, le cedo el puesto desde ya. Auguré que el Sol se oscurecería, que las tinieblas caerían sobre España, que la tierra se abriría bajo nuestros pies, que la balanza de pagos se volvería loca, que el producto interior bruto se iría al carajo, que nos invadirían los moros, que los niños serían utilizados en ritos diabólicos, que la sequía se prolongaría mientras el anticristo de Zapatero permaneciera en la Moncloa... Mis asesores dicen que quizá haya llegado el momento de sacar las siete plagas de Egipto. Pero si a los votantes les importa un pito Navarra, que es tan nuestra, ya me dirán lo que les puede preocupar un país árabe. Tal vez, me digo, si no funciona el miedo, funcione la ilusión. Tenemos un año para transmitir una imagen de optimismo, de fe en el futuro, de confianza en nuestras posibilidades. ¿Pero quién se imagina a Zaplana repartiendo flores, a Acebes predicando la paz, a Aznar tocando el violín, a Rouco Varela abrazando al cura Castro, o a mí mismo pidiendo a los electores que no se cabreen? ¿Se puede vivir sin estar permanentemente cabreado? Díganme cómo.


Gran columna de Juan José Millás, hoy en El País.