...en un whisky on the rocks. Y es que no he podido menos que acordarme de esta canción de
Sabina titulada
19 días y 500 noches al ver este producto en la web de
Compradicción. Recordando el principio de la canción:
Lo nuestro duró
lo que duran dos peces de hielo
en un whisky on the rocks.
en vez de fingir,
o estrellarme una copa de celos,
le dio por reír.
De pronto me vi,
como un perro de nadie,
ladrando, a las puertas del cielo.
Esto me ha dado la
excusa perfecta para hablar de un concierto en el que estuvimos hace bien poco, el día 1 de septiembre:
Dos pájaros de un tiro la gira que está llevando a Sabina y a Serrat por toda España y parte del extranjero. Realmente, fue un gran concierto. Duró cerca de las dos horas y media, buena música, muchas risas, y mucha complicidad en el escenario, que es lo básico en este tipo de conciertos.
Dentro de que me gustó el concierto en su totalidad, disfruté especialmente con la parte de Sabina, o, más bien, con las canciones de Sabina, que son las que me sé. Fue raro oirlas cantadas por Serrat, que tiene un modo de cantar que en ningún caso se asemeja al de Sabina. Salimos de allí con esa sensación, que Serrat imprimía su toque a las canciones de Sabina (y no tengo muy claro que ese toque me gustara), mientras que Sabina adecuaba mucho más su modulación al estilo de las canciones de Serrat.
En el repertorio, las más conocidas de Serrat:
Mediterráneo,
Penélope o
Tu nombre me sabe a yerba , por poner los ejemplos quizá más cercanos a mí. Otras muchas no las conocía.
En el repertorio, conocía todas las de Sabina, of course, aunque eché en falta algunas, que quizá no tenían cabida en este tipo de concierto. Aún así, se cantaron clásicos como
Quién me ha robado el mes de abril,
Y nos dieron las diez o
Pacto entre caballeros.
En mi opinión, el concierto fue quizá tirando a demasiado melancólico, sobretodo comparándole con
el del año pasado de la gira de Sabina. Imagino, porque no conozco la discografía de Serrat, que esto obecede al estilo mucho más lento de éste con respecto a Sabina. Un detalle a destacar, y que resultó divertido, fue el momento en el que cantaron esa rumba que dice
no estaba muerto, que estaba de parranda a dúo.
Buen concierto, en definitiva, buen ambiente en Daimiel, con unos 10.000 espectadores según los periódicos locales, en una noche no especialmente calurosa (menos mal).