Ayer salimos temprano de Lisboa. "Temprano" para estar de vacaciones, como a las 9 y media de la mañana. La idea estaba clara: salir de Lisboa sin comernos ningún atasco, que íbamos camino al sur y, por tanto, por las mismas carreteras que a las playas, y parar en algún súper para traernos vinho verde (of course!), quesos y dulces.
La verdad es que el GPS debe estar configurado por defecto en "itinerario paisajístico" (¿Pablo? ¿Angela?), porque durante todo el viaje nos ha llevado por el camino difícil a la par que chulo. Ayer no iba a ser menos: nos llevó directas al puente 25 de abril, del que ya nos habíamos despedido a lo lejos el día que fuimos a Belem. Y es un puente realmente impresionante. Hay mil fotos en google, pero yami hizo un vídeo de nuestro paso por allí, que siempre mola más. Ya lo subirmos a youtube.
Y después, a buscar un súper. Esto, que en España es fácil porque sabes dónde están, no lo es tanto en Lisboa. Menos aún con un GPS que intenta llevarte, sí o sí, por el camino correcto. Pero al final llegamos a un Continente, y nos dejamos unos pocos euros, entre otras cosas, en lo que nos recomendó una de las dependientas de pastelería que muy solícita, salió del mostrador, para irnos diciendo "mejor esto, mejor esto, esto no que no aguanta, esto no es muy típico", etc. Todo en un portugués que yami y yo entendimos perfectamente. Estamos por ponerlo en el CV, "nivel medio", como el general de inglés en España :P
La última parada portuguesa la hicimos en Évora. Es una ciudad medieval muy chula, con un centro histórico totalmente amurallado, y calles que ya subían y bajaban menos, flanqueadas por casitas blancas. La verdad es que fue un paseo bonito, a ver el acueducto (no tan chulo como el de Segovia, of course), y terminando en la "Capilla de los Huesos" por recomendación de Enrique, una de esas cosas que les da por hacer a los curas: "que no tenemos ladrillos, pues usamos calaveras. Total, nadie se va a dar cuenta". Y no, sí que te das cuenta. Además, todo adornado con una preciosa inscripción a la entrada: "Nós ossos que aqui estamos pelos vossos esperamos." Os lo dejo en portugués para que practiquéis.
Aprovechamos para comer cosas del Alentejo, siguiendo con la cena del viernes noche, pero mejor. También es verdad que no pedimos gazpacho (no pidáis gazpacho en Portugal, es una cosa terrible), sino almejas a la alentejana y cordero asado. Y todo riquísimo. Tanto yami y yo nos hemos venido con ideas culinarias para aplicar a algún plato :)
Y a España, a Mérida, a pasar la noche del sábado con los amigos. La verdad es que reencontrarse con Paco después de ¡¡12 años!! fue toda una alegría. Nos reímos como siempre, aunque ni Enrique ni él quisieron ir al chino mítico de la primera vez ("ya no le damos a eso"), pero echamos muchas cañas, nos dimos paseítos por Mérida con Enrique como guía y algunos se hincharon a gintonics hasta el amanecer. Yo, para que luego me digáis, me fui a casa temprano, que hoy había que conducirse 500 km para ir a comer con mi familia y a recoger a los felinillos a Ciudad Real, y volverse a Madrid, que mañana es la vuelta al cole.
Ya en Madrid, creo que puedo sacar algunas conclusiones del viaje a Portugal:
- Ha sido una experiencia muy buena viajar yami y yo solas en un road trip de 2.300km en 9 días.
- A pesar de lo que opinen nuestros distintos caseros, no, no somos pareja.
- Portugal es un país que se disfruta mucho en las ciudades pequeñas, que es acogedor con el visitante (todo el mundo nos ha tratado genial) y donde se come y se bebe estupendamente (excepto mojitos).
- Los portugueses son feos y punto.
Ea, detalles y cotilleos varios, ya en persona con la sana costumbre de las cañas españolas, o a la hora del desayuno.